domingo, 1 de enero de 2012

Twitter, Favstar y los Tuitstars New Age

¿Por dónde empezar? Pues creo por el principio, así que diré que es Twitter para mí.

Twitter es un torrente de información, una red que nos permite expresar en 140 caracteres una idea y hacerla pública, compartirla con quienes nos siguen e incluso con los que no. Es un foro de expresión y es también un punto de reunión y coincidencia entre personas con gustos afines. Así pues Twitter es lo que cada quien quiere que sea, si te gusta escribir, habrá alguien a quien le gusta leer, si te gusta generar fantasías, habrá quien guste de ellas, ¿amigos? ¿noviazgo? ¿chat?... es lo que tú quieres que sea. Encontrando a las personas que quieran lo mismo que tú en ese universo.

Para mí Twitter en un principio fue el fin y el medio, busqué la aprobación de mis tweets utilizando la herramienta Favstar, luego de algunos meses, entré al tablero del popular people, grupo de usuarios con muchos favs recibidos, y de ahí fui subiendo hasta permanecer por más de 9 meses en el primer lugar de dicho tablero, independientemente de los cambios algorítmicos que su creador, Tim Hanes, realizaba. Hasta que en uno de esos cambios, Tim optó por calificar de igual manera los retweets que los favs y dando valor a los “trofeos” (Tweet of the day). Estos dos últimos actos, los retweets y los trofeos, corrompieron aún más y de forma abrupta el tablero donde nos encontrábamos aquellos que subíamos únicamente por los favs recibidos. Así pues, resulta frecuente ver cuentas que pagan (sí, dinero) a sitios de internet para que sus tuit sean retweeteados por bots y ser contibilzados por Favstar. Del mismo modo, usuarios que compraban Bonus features de Favstar se otorgaban trofeos entre ellos de manera abierta, declarada y repulsivamente celebrada. Solo entre ellos,  como un intercambio o bien usuarios ansiosos de ser mencionados deciden gastar su dinero para otorgar trofeo a los egos de los “Tuestars” (así, con E).
Por supuesto que Tim Hanes supo de esto pero prefirió callar y dejar así su sistema porque a él le convenía económicamente que más personas se involucraran en el nuevo sistema de comprar popularidad en vez de ganarla de forma legítima.

Aunado a eso, la devaluación del fav como herramienta de reconocimiento al leer un buen tweet. Hoy en día me resulta muy común leer en el leaderboard de favstar tweets robados, mal escritos, en mi percepción, increíblemente cursis y carentes de gracia. Faveamos al tuitero y no al tuit, favemos por compromiso, por intercambio y de forma autómata.
  
Esto me llevo a renunciar a dicha herramienta y dejar de aparecer ahí, con la convicción de que son nuestros tweets los que alimentan a favstar y no favstar a nosotros. Sin la creatividad que algunos buenos tuiteros tienen, ese sitio no sería tan diferente de elchiste.com o frasesdeamor.com

Es claro que Twitter y Favstar gana dinero con nuestra participación en su sitio, (lo cual es totalmente legítimo y válido) al no pagar por un servicio, no somos clientes sino mercancía de ellos. Ellos ganan dinero mientras tú te partes la cabeza pensando en que nueva idea escribir.

Pero mi renuncia al sitio fue motivada todavía más al ver a la nueva generación de Tuitstars, aquellos que ya vemos a Twitter como el medio y no como el fin, aquellos a los que ya nos importa más utilizar la influencia y la cantidad de seguidores para algo más que ganar una posición en el popular people o llenarnos de trofeos y favs.
  
Ya sea con publicaciones en blog o videoblogs o cualquier otra clase de expresión que nos satisfaga y que podemos difundir a través de nuestras cuentas de Twitter y tener un gran foro de lectores que de otra forma difícilmente conseguiríamos.

El punto es, que seguimos creciendo, seguimos ejercitando la mente con nuestros tuits y divirtiéndonos igual que siempre pero ahora con un fin más allá de simples favs.

Mi invitación es pues, a que se descubran ustedes mismos, a que intenten otras opciones y a que, de alguna forma, busquen obtener algún provecho más concreto que favs o posiciones en un tablero corrupto.

Los Tuitstars somos lo que los medios electrónicos masivos no pueden controlar, tenemos un poder individual y colectivo que no hemos sabido aprovechar, no nos malbaratemos, no tiremos ni desperdiciemos ese talento y ese poder.

Nosotros somos el Twitter.